Buenos días! La intro que tenía escrita la veis a continuación... pero después de haber vivido otro hecho histórico como el apagón nacional no podía no escribir sobre ello. Creo que con más razón necesito publicar esta receta, puesto que no damos el valor que tienen todas las cosas de las que disponemos cada día: un café caliente, hornear unas galletas y hablar con nuestros seres queridos cuando queramos. Yo no puedo quejarme, dentro de lo que fue lo viví como un día bastante normal, acompañada de mi marido, trabajando y, lo inusual, hablando más con los vecinos y gente del pueblo, las calles llenas de gente y todo el mundo asomado a la ventana, ojalá esto sí se quedara aunque haya vuelto la luz.
Pues bien, retomamos blog con receta hiper primaveral y es que estas cookies con trozos de fresas frescas no os van a dejar indiferentes. No penséis que la receta me la he inventado yo, ¡más quisiera! Me salió como vídeo sugerido en youtube, la verdad es que yo las recetas las suelo ver en blogs no en vídeo, y me tuvieron tan buena pinta tanto en las imágenes como en la proporción de la receta que me animé a prepararlas. Peeeeero con este buen tiempo que estamos teniendo en Galicia y las fresas tan deliciosas que compré estas semanas tuve que modificarla ligeramente para traeros esta delicia. Son unas galletas blanditas, de estas que el centro queda bien húmedo. El toque de las fresas es ideal, porque le dan un punto fresco y delicioso, que combina genial con el dulzor del chocolate blanco, las avellanas para mí no son opcionales, ese toque crujiente creo que es muy necesario es estas cookies blanditas. ¿Lo mejor? Como casi todas las recetas de cookies son muy fáciles de hacer, utiliza una buena mantequilla y ya tienes el cielo ganado ;)
Ingredientes (15 cookies grandotas):
-200gr mantequilla sin sal (utilizad una buena, de verdad)
-120gr azúcar
-2gr sal
-2 huevos
-2 cucharaditas de aroma de vainilla
-320gr harina de trigo
-6gr levadura química
-200gr chocolate blanco con avellanas
-200gr fresas frescas cortadas en cubitos
Preparación:
Todo a mano, no hace falta complicarse, mejor con una cuchara de madera grande. Empezamos por batir la mantequilla en punto pomada, cuando ya la hayamos dejado cremosita añadimos el azúcar y batimos de nuevo hasta que se mezclen bien. Ahora añadimos los huevos (puede ser batidos previamente o sin batirlos, no he notado diferencia al hacerlo entre ambas formas), los incorporamos batiendo bien para que se integren con la mantequilla y el azúcar, es posible que se "corte" la masa, no os preocupéis, al añadir la harina quedará bien.
Añadimos la vainilla y batimos de nuevo. Ahora añadimos la harina tamizada para evitar grumos, removemos bien, yo la incorporo en varias tandas para que resulte más sencillo. Si veis que se endurece mucho la masa no dudéis en meter directamente la mano para terminar de mezclar. Finalmente añadimos el chocolate blanco con avellanas picado en trozos no muy pequeños, lo incorporamos bien, y a continuación añadimos las fresas que deben estar duritas, ya que si están demasiado maduras se os aplastarán en la masa, removemos con cuidado para incorporarlas.
Llevamos la masa a la nevera mínimo 1 hora para que endurezca. Pasado el tiempo precalentamos el horno a 180°, ponemos papel de hornear sobre la bandeja de horno y sacamos la masa de la nevera. Hacemos 15 bolas de masa, del tamaño que quepa en un puño o algo más pequeñas, deben salir entre 14 y 16 galletas con estas cantidades. Hacemos las bolas y ponemos las primeras 5 o 6 en la bandeja, llevamos al horno a 180° durante 14-16 minutos, cuando veais que empiezan a dorarse por los bordes las quitamos y las dejamos enfriar en la bandeja unos minutos, cuando hayan endurecido un poco las pasamos a una rejilla para terminar de enfriarlas y vamos horneando el resto. Mientras unas se hornean, el resto de bolas de masa las devolvemos a la nevera, así mantendrán la forma en el horneado y no se desparramarán.
Espero que disfrutéis de este contraste de sabores y texturas que no puede ser más primaveral :D
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