Vamos allá con otra receta, parece que al menos de momento esto va a continuar semanalmente... y no sabéis lo feliz que me hace pode escribir estas palabras. Es cierto que voy a tener que dejar otras cosas de lado para dedicar tiempo a la cocina, pero creo que en este momento es lo que necesito para cuidarme y cuidar mi salud :)
Así que vamos al lío con esta tarta, que si os digo cómo surgió la idea de crearla os reiréis. Entré a Tiger (la tienda de cositas monas por excelencia) y cuando ya iba a pagar me encontré con este maravilloso cake stand que podéis ver en las fotos. Me enamoré, 8 euritos, dije esto me lo llevo que voy a preparar una tarta que va a quedar preciosa ahí encima. Así fue, las fotos ya es otra cosa, porque fotografiar es bastante complejo y hay muchas cosas que no domino, además de que necesito urgentemente un fondo blanco que en esta casa ya no lo tengo, jejeje. La tarta: jugosa, muy perfumada, mucho limón pero sin resultar cargante, fresca para estos calores que al fin han llegado al norte... vamos, ideal, mejor para comerla en el día, porque al tener una crema de queso y nata debemos guardarla en el frigo y el bizcocho se humedece mucho, que también queda muy rica, pero a mí me gusta más recién hecha.
Ingredientes (1 pastel en molde de 15cm):
Bizcocho
-150gr mantequilla en punto pomada
-180gr azúcar
-150gr leche de coco (la de lata)
-180gr harina de trigo
-2 cucharaditas de levadura
-Ralladura de 1 limón
-Zumo de 1 limón
-2 cucharaditas de semillas de amapola (opcional, pero le dan una gracia al pastel)
-3 huevos M
-1 pizca de sal
Cobertura
-200ml nata para montar
-100gr queso crema
-Ralladura de 1 limón (reservar un poquito para decorar)
-60gr de azúcar
Para calar el bizcocho
-Zumo de 1 limón
-2 cucharadas de azúcar
-2 cucharadas de agua
Preparación:
Para el bizcocho. Batimos la mantequilla en punto pomada con el azúcar hasta que blanquee y quede cremoso, yo prefiero con la kitchen aid. En ese punto añadimos los huevos de uno en uno sin parar de batir.
Añadimos ahora la levadura, la ralladura de limón, las semillas de amapola y la sal, batimos de nuevo, añadimos el zumo de limón y seguimos batiendo. Ya solo queda intercalar la leche de coco y la harina batiendo entre cada adición a velocidad baja. Nos debe quedar una masa muy cremosa y densa.
Ponemos la masa en el molde previamente preparado (forrado con papel de hornear o bien con mantequilla y harina) y llevamos al horno precalentado a 170° durante 50-60 minutos para un molde de 15 centímetros de diámetro (si lo hacéis en un molde más grande os quedará más bajita pero igual de rica, pero debéis reducir el tiempo de cocción a lo mejor hasta 40 minutos).
Para la cobertura batimos todos los ingredientes juntos hasta que se monte la crema. Pasamos a una manga pastelera y reservamos en la nevera hasta el momento de decorar.
Cuando el bizcocho esté casi hecho hacemos el almíbar. Calentamos todos los ingredientes juntos hasta que se disuelva el azúcar, en cuanto hierva lo dejamos 1 minuto y separamos del fuego. Al salir el bizcocho del horno lo ponemos sobre una rejilla con un plato o bandeja debajo, nos ayudamos de un pincel de repostería y empapamos bien con el almíbar tanto al superficie como los laterales del bizcocho. Podemos pinchar el bizcocho con una brocheta para que se introduzca mejor el almíbar (lo recomiendo).
Ahora dejamos que enfríe completamente, cuando alcance ya la temperatura ambiente decoramos con la crema que habíamos reservado previamente y espolvoreamos un poquito de la ralladura de limón.
¡Espero que os guste tanto como a mí!