Tarta de rooibos y frambuesa

Buenos días! Hoy os traigo la última entrada de San Valentín de este año, una rica tarta de rooibos y frambuesa que sabe como a gominolas y que es todo un pecado porque una vez que empiezas no puedes parar de comer otro trocito y otro y otro.

El rooibos le da un sabor muy dulce y afrutado que combina genial con la cobertura de frambuesa, el aroma que desprende es impresionante. La decoración no podía ser otra que unas rosas formadas por toda la tarta, en mi opinión queda muy elegante y bonita, sencilla :)

El bizcocho no sube mucho, y el molde que usé es bastante grande por eso queda bajita, pero en este caso es lo ideal, ya que si hiciésemos un bizcocho más gordo la tarta resultaría bastante empalagosa, podéis doblar las cantidades si queréis hacer una tarta más grande o dejarlas como están.

Ingredientes:

-120ml leche
-4 bolsitas de rooibos
-110gr margarina
-220gr azúcar
-2 huevos
-240gr harina
-2 cucharaditas de levadura

-250gr queso de untar
-200ml nata
-150gr azúcar glass (vale el que hacemos en casa)
-1/2 sobre de gelatina de frambuesa

Preparación:

Empezamos calentando la leche hasta que hierva, le ponemos dentro las bolsitas de rooibos y dejamos infusionar y enfriar.

Batimos la margarina y el azúcar hasta que quede cremoso. Añadimos los huevos de uno en uno sin añadir el siguiente hasta que esté el primero bien integrado.

Añadimos la levadura y batimos bien.

Ahora añadimos la harina y la leche (templada ya o fría) a la masa alternándolas y batiendo entre cada adición (harina, batir, leche, batir, etc).

Ponemos la masa en el molde que hayamos elegido previamente enharinado y la llevamos al horno a 180º 30 minutos (aprox.).

Mientras vamos haciendo la cobertura, en un bol ponemos el queso y lo batimos hasta que quede cremoso, añadimos el azúcar glass y batimos bien hasta integrarlo por completo.

En otro bol ponemos la nata con la gelatina de frambuesa y montamos con las varillas eléctricas hasta que esté bien firme. Ahora incorporamos poco a poco la nata a la crema de queso con cuidado de no bajarla. Debe quedar una crema homogénea.

Una vez el bizcocho está hecho, desmoldado y frío (bien frío!!) lo cortamos en dos discos, ponemos uno en la bandeja que hayamos elegido. Le ponemos encima una capa de la crema de queso y frambuesa. Ponemos el otro disco encima y cubrimos toda la tarta con una capa fina de la crema.

Ahora ponemos el resto de la crema en la manga pastelera y hacemos rosas por toda la superficie de la tarta. Y ya está lista para consumir. Si no la vais a consumir en el momento metedla en la nevera y sacadla una hora o media hora antes de comerla, así estará más fresquita, más asentada y los sabores serán más intensos.