Y al final resultó ser muy fácil, tan sólo hay que cogerle el punto a la masa, que tiene que quedar flexible, suave, no pegajosa, lisa... pero todo es ponerse, así que espero que con los pasos que os voy a dar os salga a la primera, aunque para estas cosas no hay nada mejor que aprender con alguien que ya sabe y que te diga cómo tiene que ser la textura, pero vamos, que es fácil, y el sabor es delicioso, nada que ver con las empanadas que nos venden en las panaderías :)
Yo la hice de atún porque es la empanada que más me gusta, pero claro está que vosotros podéis hacerla de carne, pollo, zamburiñas... al gusto de cada uno ;) Así que sin más os voy a poner la receta y espero que os animéis a hacerla en casa :D
Ingredientes (1 empanada de tamaño bandeja de horno):
-500gr harina
-1 huevo
-1 pizca de sal
-1 vaso de aceite (aprox.)
-2 cebollas grandes
-2 latas de atún
-1 pimiento morrón de lata o pimientos de piquillo de lata
-1 cucharadita de pimentón dulce
-1 huevo para pintar
Preparación:
[si queréis ver un vídeo de la preparación de la masa pinchad aquí]
Empezamos preparando el relleno, para ello picamos las cebollas bien pequeñas, podemos hacerlo con la picadora, pero si es así debemos tener cuidado de no picarlas mucho o se nos harán puré.
Una vez tenemos la cebolla picada ponemos el vaso de aceite a calentar en una sartén a fuego medio, cuando esté caliente añadimos la cebolla y una pizca de sal, dejamos que se poche. Si vemos que el aceite no cubre la cebolla debemos echar más aceite.
Cuando la cebolla adquiera un tono dorado añadimos la cucharadita de pimentón, removemos bien para que todo coja el color del pimentón, pochamos un par de minutos más y sacamos del fuego.
Ahora separamos la cebolla del aceite con ayuda de un colador, aplastamos bien la cebolla con un tenedor para que suelte todo el aceite que ha chupado. Reservamos el aceite, que se enfríe un poco. Y la cebolla la pasamos a un bol, le añadimos el atún desmenuzado y sin el jugo de la lata y removemos bien, probamos el relleno y rectificamos de sal si fuese necesario.
Ahora ya podemos pasar a hacer la masa. Para ello ponemos medio kilo de harina en nuestra superficie de trabajo, hacemos un hueco en el centro y ahí ponemos el huevo y la sal, vamos mezclando con las manos y recogiendo harina de los bordes, cuando ya se ha juntado el huevo con parte de la harina vamos añadiendo el aceite que hemos reservado, lo añadimos poco a poco y vamos integrando la harina, poco a poco, de los bordes hacia el centro.
Cuando ya hemos integrado toda la harina amasamos bien, posiblemente ya hayamos utilizado todo el aceite, debemos conservar el recipiente donde lo teníamos y ahí echaremos agua, se mezclará con los jugos del aceite y tendrá más sabor que si ponemos agua normal.
Seguimos amasando, la masa posiblemente esté seca, no sea elástica y se resquebraje algo. Por ello debemos aplastarla un poco con las manos, hacer como un hoyo en medio y añadir parte del agua (o aceite si nos queda) y seguimos amasando, al echar el agua veremos que la masa se vuelve pegajosa, se pega a las manos y la mesa, eso es buena señal, hay que seguir amasando y cuanto más amasemos la masa dejará de ser pegajosa. Llegados a este punto comprobamos si la masa es elástica y no se resquebraja, si no fuera así, repetimos lo de estirarla, hacer un pequeño hoyo y añadir agua, amasamos y se volverá pegajosa y seguimos amasando hasta que deje de ser pegajosa.
Yo tuve que añadir 3 veces agua, por eso digo que nos os preocupéis si no os sale a la primera, eso es normal, y no os agobiéis cuando empiece a ponerse pegajosa porque si seguimos amasando se vuelve a poner bien, es mágico, yo cuando vi cómo lo hacía mi abuela no me lo creía :)
Una vez que tenemos la masa la dejamos reposar 5 minutos tapado con papel de cocina (el tiempo de recoger un poco los cacharros y fregar). Pasado el tiempo separamos la masa en dos mitades iguales, a cada mitad le quitamos un cachito pequeño que es lo que usaremos para hacer la decoración.
Ahora cogemos una de las mitades y la estiramos bien, ponemos un poco de harina en la mesa de trabajo, con forma rectangular y de un grosor de 2 milímetros o así, cuando empiece a transparentar la masa es que ya está del grosor que necesitamos (claro que la podemos hacer más o menos gruesa según nuestro gusto).
Una vez que ya tenemos una parte estirada la pasaremos a la bandeja de horno que habremos preparado con papel antiadherente, la colocamos bien y estiramos bien todos los bordes, que sobresalgan algo de la bandeja, no importa.
Ponemos el relleno por toda la superficie de la masa sin llegar a los bordes, ponemos el pimiento morrón sin su jugo cortado en cachos o tiras (o los pimientos del piquillo) y reservamos.
Estiramos la otra mitad de la masa y la colocamos encima del relleno, estiramos bien los bordes para juntarlos con la masa de la masa y luego los enrrollamos los bordes haciendo la típica forma, con cuidado de dejarlos bien unidos para que no se despegue. Hacemos un hueco en el centro de la empanada que será lo que permitirá que salga el vapor durante la cocción. Luego, con el resto de la masa hacemos las decoraciones que más nos gusten.
Ahora solo queda pintarla con huevo batido y llevarla al horno a 180º durante 30 o 40 minutos, hasta que se vea bien dorada. Dejamos enfriar y degustamos (se puede comer caliente o templada, pero fría tiene mucho más sabor).